AMARTE ES POCO
Se escuchan
los pasos apresurados de personas que van y vienen, el frio de la mañana
golpeando en sus rostros, se escucha el típico “Buenos Dias”, se notaba lo
pequeño que es el pueblo. Suena el despertador, abre sus ojos lentamente y
comienza su rutina diaria. A paso veloz se abre paso entre personas, ve su
reloj y se da cuenta que esta retrasado un minuto, gracias a lo ciclópeo del
reloj de la iglesia, llega el bus, sube rápidamente, busca un asiento vacio, le
encantaba tener la ventana solo para el, después de divagar por horas ve su
reloj y se da cuenta que apenas y a pasado un minuto. Baja del bus, toma la
ruta mas corta, según él, toca la puerta, rogándole a la vida o a Dios ¿Quién
sabe?, abre el típico portero de siempre, y de repente son la 6;00 PM. Sale del
trabajo, a paso lento llega al bus e inicia su viaje de vuelta a casa, camina
lento, le gusta disfrutar del paisaje, de ese crepúsculo que en ningún otro
lado seria tan hermoso como en su pueblo, deja de caminar y observa el
horizonte, que le presenta un cielo anaranjado, amarillo y rojo, también ve los
bosques que se dibujan a lo lejos. Despues de divagar, sigue su camino. Poco a
poco se va la luz del sol, y se deja caer la intensidad de la noche, se siente
un aire frio y no tan acogedor, llega a su casa a las 7:03, enciende el
televisor, y busca el típico noticiero amarillista que odia ver, pero sabe que
necesita estar informado, se escuchan las mismas noticias de ayer; “Se
encuentra muerto a….; “Hoy asalto en bus en la ruta….”. Odia ver a su país
morir, odia ver llorar sangre a Guatemala, pero le da esperanza el joven que
cedió su lugar a una anciana hoy en el bus, le da esperanza el estudiante que
ayudo a aquel motorista que había caído en aquella zanja, le da esperanza el
hermoso panorama que vio hoy de regreso a casa.
Después de
cenar, sube a su habitación, lee sus libros,
y exactamente a las 11:00 PM, hace su cama y se duerme, para ya luego,
después de siete horas, volver a su misma rutina.
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