El día a día.....
Se escucha un llanto en la habitación de al lado, una nueva
vida a surgido, aproximadamente a las 8:30 una pareja celebra el nacimiento de
su primer hijo, mientras que en la habitación contigua una familia llora la
partida de Don Manuel, un viejo que abandonó a sus hijos, los mismos que hoy lo
están llorando.
-Es extraño pensar cómo unos celebran el nacimiento y otros
lloran la muerte, nunca ha sido suficiente nada para mí, me gradué a los 18
teniendo las mejores calificaciones de todo el instituto, y al final no estuve
satisfecho, quién iba a pensar que qué el patán del curso terminaría siendo mi
jefe, que la chica más bonita del aula no llegaría a cumplir sus 20 años,
gracias a la borrachera de un conductor, muchas cosas que nadie las planea ni
se las imagina, resulto que el juez, siendo un canalla al dejarlo libre,
argumentando la imprudencia de la chica, si imprudencia, al salir a trabajar y
cruzar la calle para tomar el bus, esa fue la imprudencia que cobro la vida de
Sara –se dijo Juan así mismo.
Después de su hora de comer, regresa al trabajo, termina su
informe diario acerca del estado de caja, las compras y las ventas, pasa a
retirarse, saluda a su jefe y le estrecha la mano, y al estrechársela se
recuerda que Javier, su actual jefe, se divertía manoseando a sus compañeras en
los tres años que curso su carrera, le da una vibración extraña y desagradable
en la espalda al recordase. Toma el Bus a la misma hora, llega a casa de igual
forma, como todos los días, es recibido por sus padres, se alegra recordar que
ahora él los mantiene.
Suena el reloj a la misma monótona hora, se levanta, ha
hecho todo lo que se le ha pedido desde que era niño, no ha visto con mayor
emoción su vida desde los 13 años, ya sabe su rutina diaria más que de memoria,
casa y empleo, empleo y casa. Llega tarde a su puesto, recibe un regaño de su
jefe, uno muy severo, se ríe al recordar quién es el personaje que lo está
reprendiendo.
Se sienta en la banca del parque al cuál a
veces va después del trabajo, se siente frustrado, su recompensa por ser
obediente todo este tiempo fue terminar como subordinado de Javier, su jefe y
ex-compañero, la chica que siempre le
gusto está muerta, se pregunta cómo la vida toma giros inesperados, y lo hace
sin tomar en cuenta nada, simplemente lo hace, se siente vanidoso porque piensa
que él merece más, él es merecedor de una mejor vida, de una mejor existencia.
-¿Acaso no sabes dónde quedo el maldito dinero imbécil?
–Ruge Javier.
-No es la manera de tratarnos Javier, somos profesionales,
no es culpa mía, yo solo llevo registros no toco dinero físico –Responde Juan,
mordiéndose los labios y todo lo que puede por controlarse.
-Lo descontaré de tu sueldo y no quiero oír nada más –Se da
la vuelta y se aleja Javier.
Muchas peleas como esta se dan en el transcurso del año, al
graduarse como contador, Juan esperaba un buen empleo, después de todo, no fue
fácil salir, Juan termina en la empresa comandada por Javier, cuándo sin darse
cuenta de quién la dirige manda una solicitud de empleo, ya que su antiguo
empleo, no daba para darle más, decide renunciar y buscar otra oportunidad.
Juan tiene una voluminosa barba, unos zapatos negros
remendados y un cabello muy largo, ya no se preocupa por su aspecto físico,
tiene mucho trabajo. Cuando estudiaba su anhelo era graduarse, ahora que
trabaja, su anhelo es vivir, se pregunta muchas - ¿Qué tanto me gusta vivir
para trabajar?, es lo que hacemos, trabajar para ganar dinero, comer y
subsistir, ¿Qué pasaría si alguien toma la decisión de ya no trabajar?, ¿Ya no
viviría?, Siempre hay alguien que si no
es un hueso de pollo mascado o una moneda de 25 centavos, extiende su
generosidad, que mal me tendría vagar un poco, a Javier no le fue nada mal, y
él no se esforzó tanto como yo.
Desde 4 cuadras atrás de la casa de Juan, se lograba
distinguir la enorme moña negra que adornaba como muestra de luto el hogar de
quien un día, después de regresar del trabajo, en un lúgubre noche, se entera
que un tráiler que pesaba casi una tonelada había arrollado a sus padres,
quienes ya eran avanzados de edad. Estaba sentado, enfrente de la tumba de sus
padres, los vecinos le habían ayudado a estructurar su casa para recibir la
visita de familiares, conocidos y demás gente que lo acompañaría,
superficialmente, en su dolor. Desde ese
día, Juan se sintió como una flor que se había marchitado por completa, como un
niño que había cambiado sus juguetes por instrumentos de trabajo.
Pasaron casi 10 años, Juan mantenía su casa, trabajaba, no
había cambiado casi nada de su rutina diaria, después de la muerte de sus
padres, hacia todo casi por inercia. Una década tuvo que pasar para que Juan
hiciera un cambio radical en su vida, algo que definiría completamente un rumbo
diferente.
Sonaron las campanas de las siete en punto, el chofer del
autobús rojo se extrañó al no ver abordo al sujeto de la cabellera y barba
larga, siempre subía a la misma hora y con el mismo semblante, no había visto
cosa más tópica que él. La secretaria tomo su café con leche media hora tarde,
siempre lo hacía a las ocho en punto, los pasos largos y pesados del contador
de ojos profundos y mirada cansada, siempre le indicaba que eran las ocho en
punto, pero esta vez no lo escucho llegar, algo en ella le dijo que nunca más
lo volvería a ver. El aire frio de la
noche se hospedaba en una casa tan llena de muebles como vacía de gente, era
una residencia que ahora solo escucha el silencio en todo su interior, pero
siquiera se escucha algo.
Me desperté, después de fumar 5 cigarros y de tomar tres
copas de Brandy, en la esquina de la 5ta avenida, al cruce de la 4ta calle, lo
encontré, llevaba una guitarra de cedro, una barba como de un año, y el pelo más
enmarañado que nunca, lo escuche cantar, por 10 quetzales me contó su historia,
y por 5 más me dijo que tenía mujer y una hija, eso bastó para mí, lo más
interesante fue:
-
Si un hombre millonario es feliz, al ver sus
casa, sus carros, toda su fortuna, un hombre que lava platos, también lo es, al
llegar a su casa y ver a su hija crecer, tener que comer, tal vez lo hace aún
más feliz.
-
La felicidad, ¿no busca como requisito el
dinero?
-
Depende que felicidad buscas, y que tanto estés
satisfecho.
-
Cómo contador no le iba tan mal.
-
¿y a ti cómo borracho te va bien?
-
No tanto…….
FIN
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