Luca imaginó
Luca imaginó
Subió al submarino y viajo por el atlántico, se
convirtió en un pez, supo qué era nadar en verdad, lanzó burbujas por la boca,
era lo único que recordaba hacer. Volvió a su forma de humano, y regreso a la
nave, siguió navegando con su tripulación. En las noches la nave salía del
océano, y flotaba a la deriva, Luca salía de él y observaba las estrellas.
Su destino era incierto, sus aventuras eran las de
siempre.
Una noche Luca salió, se transformó en un petrel,
intentó llegar a la luna, pero siempre volvía en picada al mar, se aburrió de
intentarlo y volvió a la nave. Al siguiente día cerca de la Micronesia, la
tripulación por medio del radar divisó una enorme criatura que destruía un
islote, se acercaron para asegurarse de que nadie estaba en peligro, pero no
era así, una familia de nativos trataba de evadir los ataques de la criatura. Esta
se asemejaba a un enorme gorila con una extraña aleta dorsal, era ágil y media
más de cuatro metros.
El oficial a cargo decidió maniobrar y posicionarse
a una distancia prudencial del monstruo, a diez kilómetros del islote, el
capitán Luca es alertado, y ordena que el submarino emerja de la profundidad.
La tripulación espera órdenes del capitán, quién abre la compuerta exterior,
salta del submarino y se convierte en un petrel, llega al islote, cerca del
monstruo, y pasa a transformarse en un Tyrannosaurus rex.
El monstruo al notar la presencia del capitán Luca, intenta
atraparlo, pero ágilmente es esquivado, a lo que el capitán muerde a la criatura
en el brazo, lo cual provoca que logre acertarle un puñetazo en el hocico,
ágilmente el capitán usa sus poderes y pasa de Tyrannosaurus rex a ser un
Brontosaurus. Con su cola logra degollar al espantajo, pero su cuerpo aún
conserva energía, y el cuerpo del monstruo atrapa al capitán, quién es incapaz
de escapar de la criatura, que comienza a destrozar poco a poco la cabeza del
Brontosaurus, y cuándo ya casi es vencido, la tripulación del capitán Luca
ataca a la bestia por medio de un misil, acierta en la parte de la aleta
dorsal, y el monstruo es aniquilado. La familia de nativos huye en sus canoas
viejas.
El capitán Luca regresa al submarino, felicitado por su
tripulación que le aclama el éxito de su batalla. En la noche no puede dejar de
pensar que esos monstruos son productos de la contaminación del océano. Se
siente triste por no ser capaz de defender el mar, y a las criaturas que
alberga.
El capitán Luca ordena rumbo hacía el océano índico, donde tenía
escondida su posesión más valiosa, un contenedor enorme, tanto como el mar
mismo, escondido en las profundidades, donde alberga criaturas marinas y las
protege de la contaminación y la caza. Al llegar, ordena a cinco marineros
acompañarlo. Se convierte en un megalodonte, y sus marineros con trajes de buzo
se atan a él por un arnés. Se dirigen a lo más profundo, encuentran la capa
exterior del contenedor. Los marineros por medio de un aparato abren el cristal
que cubre el contenedor, y entran en él, es un mundo totalmente, plagado de
toda clase de peces y criaturas marinas, Luca pasa a transformarse en pez
guppy.
Los buzos comienzan a hacer apuntes, sobre temperatura,
reproducción y demás estudios que deben hacer para la conservación de los
peces, mientras el capitán disfruta de su estadía en el contenedor,
transformándose en distintas clases de peces.
Un dinosaurio, un submarino y un mapa, guarda sus juguetes en
su caja. Casi dan las seis de la tarde,
Luca toma su biberón con leche, es arrullado y se queda dormido, su cabello
castaño y sus ojos brillantes quedan inmóviles, en su cuna respira profundo y
aguarda otro día, en sus sueños ya salvo al mundo.
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